LA ELEVACIÓN POR LOS AIRES: GESTO SUBVERSIVO Y TRIUNFANTE CONTRA LA VERTICALIDAD (GESTO DEL ORDEN PREESTABLECIDO)

LA ELEVACIÓN POR LOS AIRES: GESTO SUBVERSIVO Y TRIUNFANTE CONTRA LA VERTICALIDAD
(GESTO DEL ORDEN PREESTABLECIDO)

El acto de elevarse por los aires no sólo representa el trastocamiento de las leyes físicas naturales, sino también es un acto emancipatorio en el que las subjetividades no solamente se liberan de las fuerzas gravitacionales, sino de todo esquema de sujeción de su realidad; es la superación última por encima de sus circunstancias.

El acto extraordinario puede ser visto con particular recelo cuando proviene de subjetividades cuya opresión las ha colocado “abajo” (el diablo, las esquizofrénicas, las feministas), pero también demuestra la potencia de acceso a lo sublime, tal y como sucede en las figuras sacras que ascienden al cielo.

Las luchas feministas contemporáneas subvierten a la verticalidad (gesto del orden preestablecido) con consignas como “¡Abajo el patriarcado, se va a caer, se va a caer! ¡Y arriba el feminismo que va a vencer, que va a vencer!”

En los últimos momentos de la secuencia final de The Witch Thomasin ha dejado de ser una figura insignificante ante la magnitud de los árboles y del bosque y se ha elevado por encima de todo. En una composición simétrica, la postura corporal de Thomasin recuerda a “La mujer murciélago”, pintura de Albert Joseph Pénot que muestra a la arquetípica figura de la vamp, femme fatale recurrente en el imaginario simbolista-decadentista, símbolo de la mujer peligrosa (¿liberada?). El último plano de la película muestra la culminación de Thomasin en bruja, su liberación del mundo material y el comienzo de su emancipación.