The Undead (1957)

The Undead

También conocida como: “The Trance of Diana Love”, “La no muerta”
Año de estreno: 1957
País: EUA
Director: Roger Corman
Arquetipos: Histórico, terrorífico y emancipador
Comentario:

Quintus Ratcliff (Val Dufour) es un psicólogo que recurre a los servicios de la prostituta Diana Love (Pamela Duncan) para utilizarla como conejillo de indias en un experimento de hipnosis en el que tratará de revelar las vidas pasadas de la mujer. Tras una serie de procedimientos hipnóticos, Diana logra hacer conexión con una de sus vidas pasadas: Helene, una mujer acusada injustamente de brujería en la Francia medieval. Helene, junto con otras supuestas brujas, espera su decapitación pública en la noche del Sabbath, pero gracias a la intervención de Diana (quien mediante la hipnosis aparece como una voz que trasciende las barreras del tiempo y el espacio), Helene logra escapar de su destino, al menos, momentáneamente. Quintus se percata que su experimento puede alterar severamente la línea del tiempo y que, si Helene logra sobrevivir en el pasado, no existirán sus “versiones de otras vidas” en tiempos ulteriores, por lo que el psicólogo se ve forzado a “viajar en el tiempo” auto-hipnotizándose para tratar de convencer a Helene de que acepte voluntariamente su muerte, con tal de que pueda  “existir” en vidas futuras. Helene decide asumir su destino y acude voluntariamente al hacha del verdugo, pero la muerte de Helene hace que se rompa la conexión con Diana (su yo del presente). La pérdida de conexión entre temporalidades a través de las vidas de las mujeres trae como terrible consecuencia que Quintus se quede atrapado permanentemente en el pasado, convirtiéndolo en la víctima de su propio experimento.

Es curioso que la trama de The Undead podría resultar operante para el cine de la segunda y tercera décadas del siglo XXI, en las que los saltos temporales y multiversos son recurrentes en numerosas producciones de ciencia ficción. Además de esa peculiaridad, es interesante cómo es que The Undead presenta tres diferentes representaciones del arquetipo de la bruja mediante tres personajes: se podría considerar que Helene se apega al arquetipo histórico de la bruja, al ser una mujer sin ningún poder sobrenatural y pese a ello, ser juzgada y ejecutada arbitrariamente por la sociedad; Livia (Allison Hayes) —quien, motivada por sus pasiones, al parecer es la encargada de conspirar contra Helene para que fuera considerada como bruja— sí pacta con el diablo y posee poderes extraordinarios, características que, en conjunto con su atractivo físico, la hacen ser una malvada bruja-femme fatale; entretanto, la vieja bruja Meg-Maud (Dorothy Neumann), aunque en apariencia es la bruja más convencional de las tres, posee ciertos rasgos que permiten una lectura del arquetipo en un sentido emancipador, ya que, en un gesto de sororidad, hace lo que está en sus manos para tratar de ayudar a Helene a escapar de su funesto destino.