The Love Witch
También conocida como: “La bruja del amor”
Año de estreno: 2016
País: EUA
Directora: Anna Biller
Arquetipo: Emancipador
Comentario:
The Love Witch es una cinta sui generis. A primera vista, pareciera que simplemente se trata de un pastiche que rinde homenaje a películas exploitation de satanismo y brujería (witchploitation) de los años sesenta y setenta. Su protagonista, Elaine Parks (Samantha Robinson) utiliza su belleza física, su encantadora personalidad y sus poderes sobrenaturales como bruja para seducir a numerosos hombres, los cuales, bajo un abanico de infortunios terminan siempre predestinados a una muerte trágica, dejándola sola, insatisfecha y frustrada en su intento por encontrar “el amor verdadero”.
Bajo esta primera lectura del argumento, se podría inferir que la película pretende mostrar que el hedonismo insaciable y los truculentos métodos de esta femme fatale brujeril traen como consecuencia su infelicidad perenne y el malogro de todos sus planes. Sin embargo, la apuesta de Anna Biller —directora, guionista, productora y editora de la cinta— va mucho más allá de lo inmediatamente aparente en la línea argumental, valiéndose de numerosos recursos cinematográficos para llevar su propuesta hacia derroteros más críticos y reflexivos en torno al cine, las brujas y las mujeres.
En primer lugar, Biller hace evidente el aparato cinematográfico, es decir, nunca deja de hacer palpable la noción de que estamos viendo una película y que todo lo que sucede en la pantalla es ficción. Eso lo logra a través de distintos recursos, tales como los valores visuales exagerados en la dirección de arte —rayando casi en lo campy—, la dirección actoral forzada, la recurrencia de diálogos intencionalmente descolocados y poco creíbles (muy en concordancia con el cine witchploitation), así como el manejo de encuadres y movimientos de cámara que, en su abuso y frecuencia, conllevan la patencia de la lente. Tal noción constante de lo cinematográfico inevitablemente conlleva a la reflexión en torno al medio ¿qué vemos cuando vemos una película? ¿qué vemos cuando vemos una película de brujas?
Adicionalmente, el desarrollo de los personajes en el filme en función de su género trastoca las lógicas convencionales que prevalecen en la enorme mayoría de las cintas categorizables como witchploitation, ya que en The Love Witch son los personajes femeninos los que presentan un desarrollo complejo y multidimensional, mientras que los masculinos resultan unidimensionales y con una participación y relevancia completamente subordinadas a la línea narrativa general definida por las mujeres en la pantalla.
La impecable realización anacrónica de The Love Witch es otro de sus aciertos. En varias escenas, lo desplegado en la pantalla se distancia por completo del 2016 —año de estreno de la película— y sin lugar a duda logra trasladar la mirada hacia cuatro o cinco décadas atrás.
Pese a las virtudes mencionadas líneas arriba, cabe señalar que The Love Witch sí presenta un punto flaco frente al universo cinematográfico al que referencia y crítica; no es una película con un ritmo precisamente ágil, cuestión que, en parte, se debe a su duración cercana a las dos horas, metraje que considerablemente resulta más extenso que el de la enorme mayoría de las cintas witchploitation.
