The Neon Demon (2016)

The Neon Demon

También conocida como: “El demonio neón”
Año de estreno: 2016
Países: Francia, Dinamarca, EUA
Director:
Nicolas Winding Refn
Arquetipo:
Terrorífico
Comentario:

The Neon Demon no aborda el tema de la brujería explícitamente ni en ningún momento utiliza el término “bruja” para referirse a alguna de las mujeres que habitan en la pantalla, sin embargo, la cinta presenta una serie de simbolismos y algunos gestos y acciones por parte de sus protagonistas que permiten establecer un posible vínculo con el universo de lo brujeril.

La premisa narrativa de la película es sencilla. Jesse (Elle Fanning) es una bella joven provinciana que se muda a Los Ángeles con el objetivo de convertirse en una supermodelo. En su travesía, se relaciona con la maquillista Ruby (Gena Malone), las supermodelos Sarah (Abbey Lee Kershaw) y Gigi (Bella Heathcote), así como con algunos otros personajes que, aunque en un principio se muestran bienintencionados e interesados en catapultar su carrera, posteriormente se convierten en sus detractores, presas de la envidia y de sus intereses personales truncados desde la aparición de Jesse. El destino final de la protagonista de The Neon Demon no podría encaminarse mas que a la tragedia, no sólo por quienes la rodearon en su empresa, sino también porque ella misma termina convirtiéndose en víctima de su vanidad y egocentrismo.

Las tres mujeres que acompañan a Jesse (Ruby, Sarah y Gigi) forman lo que parece ser un aquelarre en torno al culto de la belleza y lo superfluo; asimismo, son partícipes de “fiestas” y otros eventos cuyas dinámicas tienen un carácter ritual en el que, poco a poco, Jesse comienza a involucrarse. Además de las mujeres, algunos otros personajes “gurús de la moda” operan como una suerte de sumos sacerdotes y sacerdotisas que realizan ritos iniciáticos para introducir a Jesse dentro de su universo. Adicionalmente, la película presenta de manera reiterada símbolos triangulares, sigiles y referencias al totemismo animal, componentes que, en nada resultan ajenos al mundo de las brujas.

Finalmente, no se puede pasar por alto que el estridentismo audiovisual de The Neon Demon puede ser claramente equiparable con el de Suspiria (1977) de Dario Argento.