Night of the Eagle (1962)

Night of the Eagle

También conocida como: “Burn, Witch, Burn!”, “¡Arde, bruja, arde!”
Año de estreno: 1962
País: Reino Unido
Director: Sidney Hayers
Arquetipos: Terrorífico y emancipador

Comentario:

El catedrático Norman Taylor (Peter Wyngarde) vive sin sobresaltos el ascenso de su trayectoria académica en compañía de su esposa Tansy (Janet Blair). La tranquilidad del matrimonio se ve súbitamente interrumpida cuando Norman descubre que Tansy ha escondido todo tipo de amuletos y talismanes en su hogar. Tansy confiesa a su marido que es una bruja y que utiliza esos objetos para la protección de ambos, ya que hace algunos años fue partícipe de un ritual para salvar la vida de su marido. Escéptico, Norman quema los fetiches de su esposa y le recrimina por sus supersticiones. A partir de ese momento, la mala fortuna se cierne sobre los Taylor, quienes comienzan a padecer una incesante serie de infortunios. Desesperada y sintiéndose culpable, Tansy decide alejarse de Norman y, ofreciéndose como sacrificio a fuerzas demoniacas, trata de salvar una vez más la vida de su esposo. Dejando atrás su escepticismo Norman se lanza al desesperado recate de Tansy. La atadura de cabos revelará que detrás de las desgracias de los Taylor están los maleficios arrojados por otra bruja, Flora (Margaret Johnston), la esposa del profesor Lindsay Carr (Colin Gordon), el adversario profesional natural de Norman Taylor.

Resulta interesante que Night of the Eagle presenta la práctica de la brujería dentro de la cotidianeidad de las housewives británicas de principios de los sesenta, funcionando para algunas de ellas en un sentido positivo bastante parecido al que la brujería wiccana moderna adquirirá, curiosamente, en esa misma década (aunque desarrollándose más en el entorno de lo contracultural). Asimismo, pese a su representación aún sujeta bajo un esquema matrimonial bastante convencional, resulta sugestivo que Tansy encuentre un espacio de autonomía e inclusive de fortalecimiento personal a través de la brujería, lo que sugiere el carácter emancipatorio que lo brujeril estaba comenzando a mostrar a partir de entonces.