Les Sorcières de Salem
También conocida como: “Die Hexen von Salem”, “The Crucible”, “El Crisol”, “Las brujas de Salem”
Año de estreno: 1957
Países: Francia y Alemania
Director: Raymond Rouleau
Arquetipos: Histórico y emancipador
Comentario:
Con la adaptación del guion a cargo de Jean Paul Sartre, Les Sorcières de Salem es la primera versión cinematográfica de la obra de teatro The Crucible de Arthur Miller, escrita en 1952 y estrenada un año después. En esencia, la premisa argumental de la película dirigida por Rouleau es la misma que la de lo obra de Miller; en medio de la paranoia colectiva del fenómeno de la Caza de Brujas, John Proctor (Yves Montand) es víctima de un sistema de aplicación de justicia corrompido por la superstición y el influjo leonino de los grupos de poder. La narrativa de raigambre histórica opera como metáfora de la persecución infundada a intelectuales y políticos estadounidenses con supuestas filiaciones soviéticas durante la Guerra Fría.
Al igual que sucede con la puesta en escena escrita por Miller, en Les Sorcières de Salem, la presencia protagónica —y hasta heroica— de un hombre, John Proctor, reduce y relativamente encubre la victimización sufrida por las mujeres durante el fenómeno histórico de la Caza de Brujas. Resulta perceptible una importante hostilidad en contra de ciertos personajes femeninos como Abigail Williams (Mylène Demongeot) —la amante de Proctor y una de las iniciadoras de la paranoia colectiva— a quien se le retrata como una mujer fría, farsante y motivada exclusivamente por su carnalidad; mientras que, la esposa de John Proctor, Elisabeth (Simone Signoret), si bien es representada como una mujer noble y abnegada, también se le muestra emocionalmente inestable y hasta por momentos, cobarde.
Quizás, una de las principales diferencias en la adaptación del guion a cargo de Sartre frente a la obra original de Miller, esté en que en la secuencia final de Les Sorcières de Salem se puede ver al pueblo sublevándose, motivado por el hartazgo de un sistema judicial corrupto y responsable por llevar injustamente a la horca a John Proctor, así como a muchas otras personas inocentes. La vinculación entre el fenómeno histórico de la Caza de Brujas y la resistencia política en contra del establishment en nada ha sido ajena para numerosas expresiones feministas a partir de la segunda mitad del siglo XX.