I Am a Witch

Año de estreno: 2022
País: EUA
Director: Andrew Castruita
Arquetipo: Emancipador

Comentario:

Los testimonios y entrevistas de ocho mujeres y un hombre que se autoidentifican como brujas son el punto de partida para que el director Andrew Castruita trate de representar en qué consisten los procesos de subjetivación de lo brujeril en el presente. Las intervenciones de quienes aparecen en este documental buscan, ante todo, desligar al arquetipo de la bruja de connotaciones negativas, al mostrar la práctica de la brujería —principalmente, en su vertiente wiccana estadounidense blanca— como un estilo de vida inofensivo cuyos principales objetivos son “el autoconocimiento”, el goce estético y una suerte de vinculación espiritual con la naturaleza.

Al priorizar la inocuidad de las supuestas brujas del siglo XXI, Castruita y las demás personas que participan en la cinta despolitizan al arquetipo, lo delimitan a ser un mero referente —cuasificcional— dentro de prácticas y creencias new age y omiten su vinculación con las luchas y resistencias feministas de las últimas décadas. Además de eso, el material presenta en más de una ocasión una argumentación sumamente cuestionable: “cualquier persona, sin importar si es mujer u hombre, puede ser una bruja o puede reconocerse tal”. Ese planteamiento olvida que las ominosas prácticas de la Caza de Brujas del pasado se vieron sesgadas por el género, llevando a la muerte a decenas de miles de mujeres, en una proporción de aproximadamente 8 a 1 en relación con los hombres.  

En cierto modo, lo desplegado en materiales como I Am a Witch es sintomático del riesgo de banalización que puede conllevar la popularización, mercantilización y reapropiación superficial de las brujas y de lo brujeril en los últimos años.